En las últimas semanas y meses, muchos de nosotros nos hemos acostumbrado a relacionarnos con el mundo exterior de manera virtual casi por completo, por ejemplo, al organizar reuniones de trabajo, asistir a conferencias e incluso tener citas y controles médicos en línea gracias a la telemedicina. Si bien este medio previamente infrautilizado para la comunicación como parte central de nuestra «nueva normalidad» tiene muchos beneficios potenciales, es imperativo que los portales virtuales sean accesibles para todos, particularmente para la comunidad de personas ciegas y con discapacidad visual.
Una encuesta realizada por Morning Consult y patrocinada por Better Medicare Alliance indica que aproximadamente la mitad (el 52 %) de los adultos mayores estadounidenses (mayores de 60 años) se sienten muy cómodos con el uso de la telemedicina para recibir atención médica1. Esta encuesta, que contó con más de 1000 participantes, también muestra que un asombroso 91 % de los encuestados, que son beneficiarios de Medicare Advantage, están satisfechos con la calidad de la telesalud proporcionada, lo cual se contradice con las afirmaciones de que el grupo demográfico de adultos mayores no se siente seguro al usar la tecnología2.
De hecho, ocurre lo contrario, ya que muchas personas que viven con afecciones relacionadas con la edad, como la degeneración macular relacionada con la edad y muchas otras afecciones de la retina, recurren a la tecnología para apoyar y promover su vida independiente. La implementación reciente y generalizada de la telemedicina para mantener una línea de comunicación estable entre pacientes y médicos debido a la COVID-19 ha sido bien recibida por muchas personas que viven con discapacidades visuales y otras afecciones, ya que es una forma más conveniente y menos estresante de gestionar su salud.
Sin embargo, a pesar de la buena predisposición de las personas para aprovechar la tecnología, en particular aquellas que pertenecen a la población de edad avanzada, como se indica en los resultados de esta encuesta, las pruebas anecdóticas de las organizaciones de pacientes miembros de RI indica que existen muchas barreras para aquellos que viven con pérdida de visión parcial o completa en este sentido. En concreto, muchas plataformas en línea no están adaptadas para las personas que viven con una pérdida de visión parcial o completa y a sus requisitos particulares que les permiten acceder a la literatura y la información en línea, o asistir y participar eficazmente en eventos en línea y conferencias programadas, muchos de los cuales se organizan en su interés, ya que las funciones de control son demasiado complejas y las instrucciones están mal explicadas debido a descuidos.
Para resolver estas cuestiones, un objetivo primordial del Plan de Acción 2020 de la Unión Europea de Ciegos es abordar la necesidad urgente de mejorar el acceso a la web y garantizar que «todas las personas ciegas y con visión parcial tengan acceso a las tecnologías que satisfagan sus necesidades de información»2. La necesidad de contar con documentos y plataformas electrónicas accesibles nunca ha sido tan urgente y, como comunidad mundial, tenemos la responsabilidad de crear conciencia sobre estas desigualdades para poder estar mejor informados y no desanimarnos ante los desafíos de un mundo en línea inaccesible.
Al tomar medidas ahora, podemos establecer el marco para un mundo virtual mucho más inclusivo que será beneficioso para todas las audiencias e interesados involucrados.
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